En las clínicas dentales en Burgos insistimos mucho a nuestros pacientes acerca de que acorten el tiempo que pasa entre visitas. 

Y es que quienes trabajamos en las clínicas dentales en Burgos somos partidarios de la odontología conservadora, es decir: reservamos las técnicas más invasivas para los casos más complejos. Dos son las razones principales de esta preferencia: apostar por la prevención y ahorrar intervenciones que puedan resultar molestas para el paciente. No tener que recurrir a cirugía o a tratamientos largos y con materiales sofisticados implica, asimismo, un importante ahorro económico. 

Pero, para que la odontología conservadora tenga razón de ser, es fundamental que no demores tus visitas a la consulta de tu dentista de confianza. Si uno no se salta sus visitas periódicas al dentista (en este sentido, vale la pena que estas sean semestrales, en lugar de anuales), será más sencillo detectar el surgimiento de algún problema de salud bucodental. Hay que tener en cuenta que el diagnóstico temprano es clave para que los procedimientos de la odontología conservadora puedan dar unos buenos resultados. 

Lógicamente, quien está siguiendo un tratamiento, debido a que se le ha localizado una enfermedad dental o quiere mejorar la estética de su boca, tendrá que acudir a la consulta del dentista tantas veces como conste en la programación de dicho tratamiento. Por su parte, las personas que no manifiestan problemas de salud bucodental especiales no deben relajarse. Por lo tanto, conviene que sigan acudiendo a hacerse las revisiones generales y aprovechen para que les realicen una limpieza. 

Y, por último, no hay que olvidar que la necesidad de ir al dentista con regularidad se transmite de generación en generación. Los padres tienen que hacer pedagogía con sus hijos y pueden empezar con las visitas desde su primer año. 

Desde Clínica Dental Martín, te animamos a que no tardes en volver a pasar por la consulta del dentista.