Si buscas una clínica de ortodoncia en Burgos probablemente sea porque sufres algún problema en la boca. En ese sentido, debes saber que, contrariamente a lo que mucha gente teme, colocar un implante no resulta doloroso. Lo normal es que no duela ni durante la colocación, ni tampoco en el posoperatorio. Tampoco al masticar o morder.

Lo que sí suele ocurrir a las pocas horas de realizado el implante es la osteointegración, la perfecta unión del implante con el hueso. Superado ese estadio no tiene que existir ningún tipo de movilidad al morder o al masticar.

La colocación de un implante es mucho más sencilla de lo que a priori pudiera pensarse. Y además, se trata de un proceso muy rápido, algo que fácilmente comprobable en una clínica de ortodoncia en Burgos.

No hay dolor durante la operación porque el odontólogo aplica anestesia local. Y porque si fuera necesario se aplicaría la sedación total del paciente. El mensaje podría ser que la consulta del dentista no está concebida para hacer padecer a los usuarios, sino para resolver sus problemas.

Después de la intervención puede aparecer algún tipo de molestia o inflamación, pero nada realmente grave. Antes de una semana debería haber remitido ese malestar.

Si superados esos días persistieran las molestias, el paciente debería ponerse en contacto con la clínica porque las molestias no tendrían razón de ser. No obstante, no es necesario alarmarse, la solución a ese pequeño contratiempo sería rápida y eficaz.

Y es que las estadísticas no engañan, al cabo del año se realizan en España miles de implantes que no requieren más medicación que tomar ibuprofeno durante un par de días. Lo que se consigue a cambio es de sobra conocido: una subida muy importante de la autoestima del paciente. Justo la experiencia que tú podrás vivir si te decides a visitar Clínica Dental Martín, en la que te estamos esperando.